Hoy he pasado por la maratón de Valencia y en el kilómetro 41 me he encontrado con una especie de meta volante, y un locutor que por megafonía iba animando a los corredores que pasaban.
Me ha llamado la atención que iba animando a cada corredor que pasaba llamándolo por su nombre. Después de un par de minutos nombrando corredores a una velocidad de uno por segundo, mi deformación profesional de informático me ha hecho preguntarme como lo podía estar haciendo:
- Una cámara reconociendo los números de los dorsales? Seguro que no podía acertar tantos...
- Dorsales con un chip RFID? Eso los detectaría todos...
Al final, la solución era de mucha más BAJA TECNOLOGÍA, los dorsales, además del número, llevaban el nombre del corredor: efectivo, simple de implementar y sencillo.
Esto me ha recordado que muchas veces hay que resistir la tentación de buscar soluciones arquitectónicas innecesariamentre complicadas: dorsales con nombre, dorsales con nombre, dorsales con nombre, ...
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